Monsanto, Southwest Airlines, Hewlett-Packhard, Ford, Google entre otras organizaciones en Estados Unidos han adoptado el enfoque de trabajar la interioridad y la práctica de la contemplación.
Se trata de recuperar la vida interior de los miembros de las organizaciones, reconociendo que todos necesitamos un trabajo en el cual encontremos valores, significados y propósitos compartidos, en un equilibrio transparente entre la actividad laboral y la vida personal.
Las múltiples patologías que, como producto del estrés laboral, avanzan sobre los jóvenes profesionales de las organizaciones a nivel global es un claro indicador de una ruptura entre el cuidado personal y familiar con presiones y tensiones crecientes dentro del ámbito de desempeño.
El costo de lo anterior es creciente, para las organizaciones y para las personas; las demandas de las primeras para sobrevivir se incrementan, ante lo cual las segundas tienden a caer en un estado disociativo.
La primera patología que se produce es la desconexión, desmotivación, desinvolucración y el compromiso meramente formal con los valores, misiones y funciones de la organización, en reemplazo de una involucración sustantantiva y concreta con un trabajo vivido y sentido como significativo.
Por otra parte, un número creciente de personas comprende que por el tener y el lograr beneficios adquisitivos se erosiona la calidad de su ser y de su entorno familiar.
Esto es lo que lleva a importantes corporaciones a replantearse diseños organizacionales en los que la totalidad del ser encuentre en ellas espacios significativos, donde el trabajo sobre le interioridad y la gestión del valor enriquece, desde la calidad y la serenidad, la perfomance de cada uno y del negocio.
Trabajar sobre el jardín de la interioridad es sinónimo de recuperar nuevamente el viejo sentido de la espiritualidad. No vinculada, necesariamente, a creencias religiosas sino al aletear sereno de las mariposas.
Fue Aristóteles (384-322) quien recordó en su De anima que psiqué en griego significaba, además, mariposa. La que revolotea en el espacio la vinculaba con la mente inquieta y la que estaba en reposo representaba a la mente contemplativa.
Aquella que en el sereno ejercicio del spirare –soplar, respirar, inspirar, expirar– aletea en las profundidades del ser al que transforma, inspira y anima ante los desafíos e incertidumbres.
Finalmente ¿Son conciliables los caminos de la interioridad y la espiritualidad con las utilidades de las organizaciones?
Stephen P. Robbins y Timothy A. Judge en su importante y clásica obra (Comportamiento Organizacional. México, Pearson-Prentice Hall, 2009,p.572) responde que:
Las evidencias aunque limitadas, indican que sí lo son. Un estudio reciente realizado por una empresa consultora importante reveló que las compañías que habían introducido técnicas basadas en la espiritualidad mejoraron su productividad y redujeron de manera importante la rotación. Otro estudio descubrió que las organizaciones que dan a sus empleados la oportunidad de un desarrollo espiritual superaban a las que no lo hacían. Otros estudios también reportan que la espiritualidad en las organizaciones se relaciona de manera positiva con la creatividad, la satisfacción de los empleados, el desempeño de los equipos y el compromiso organizacional. Y si se busca un caso para apoyar el argumento de la espiritualidad, es difícil ignorar el de Southwest Airlines […] que ha demostrado ser la línea más rentable en Estados Unidos.
Pablo Neruda le escribió a la mariposa un poema en el que expresa:
y arde con el sol, a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Salgo a los jardines del barrio a jugar con mi nietita Rocío de veinte meses. Los perros corretean, los pájaros cantan en la fría y diáfana mañana.
Arturo Emilio Sala
No hay comentarios:
Publicar un comentario