Sara W. Lazar, Catherine E. Kerr, Rachel H. Wasserman, Jeremy R. Gris, Douglas N.Grave , Michael T. Treadway, Metta McGarvey, Brian T. Quinn, Jeffery A. Dusek, Herberto Benson, Scott L. Rauch, Christopher I. Moore, y Bruce Fischl
Neuroreport. 2005 November 28;16(17):1893-1897
Extracto
La investigación anterior indica que la práctica a largo plazo de la meditación está asociada a los indicadores del electroencefalograma, sugestivo de cambios duraderos en actividad del cerebro. Presumimos que la práctica de la meditación se pudo también asociar a los cambios en la estructura física del cerebro. La proyección de imagen de resonancia magnética fue utilizada para determinar grueso cortical en 20 participantes con larga experiencia en meditación profunda, que implica la atención enfocada a las experiencias internas. Las regiones del cerebro asociadas a la atención y al proceso sensorial eran más gruesas en participantes con una práctica de meditación que los de grupos de participantes sin este tipo de práctica (incluyendo la corteza prefrontal y el ínsula derecha anterior).
Las diferencias en el grosor cortical prefrontal eran las más pronunciadas en pacientes mayores, sugiriendo que la meditación puede compensar el proceso de afinamiento cortical que se produce por la edad. Finalmente, el grueso de dos regiones se correlacionó con experiencia de la meditación. Estos datos proporcionan la primera evidencia estructural para la plasticidad cortical asociada a práctica de la meditación.
Introducción
La meditación es una forma de ejercicio mental que se ha convertido en una práctica popular de la salud de los EE.UU. Se ha comprobado que la práctica regular de la meditación produce cambios en los patrones del electroencefalograma que persisten más allá del tiempo-período de la práctica activa. Presumimos que la práctica regular de la meditación debe también dar lugar a cambios significativos en la estructura cortical en las regiones que se involucran habitualmente durante este ejercicio. Para probar esta hipótesis, utilizamos proyección de imagen de resonancia magnética para visualizar diferencias en el grueso de la corteza cerebral de los médicos budistas experimentados de la meditación profunda. Esta forma de meditación no utiliza mantra o cantar. Es más, el foco principal de la meditación profunda es llevar la atención a un estado llamado "mindfulness". Se trata de un estado sin juzgamientos de los estímulos del momento presente, sin la elaboración cognoscitiva. La práctica formal implica la atención atenta sostenida a los estímulos sensoriales internos y externos. Así, probamos la hipótesis que a diferencias de grupos y diferencias de experiencias en meditación se podría comprobar la evidencia de la plasticidad en el cortical y el engrosamiento de estas regiones del cerebro.
Participantes y Método
Se reclutaron veinte participantes con el entrenamiento extenso en la meditación profunda de comunidades locales de la meditación. Estos participantes no eran monjes, sino los médicos occidentales que incorporan la meditación a sus vidas cotidianas tanto profesional, familiar o social. Dos participantes eran profesores a tiempo completo de meditación, tres eran profesores de yoga a tiempo parcial o profesores de meditación. El resto meditaba un promedio de una vez al día por 40 minutos, mientras que perseguían carreras tradicionales en campos tales como cuidado de la salud y derecho (abogacía). En promedio, los participantes tenían el ± 9.1 7.1 años de experiencia de la meditación y 6.2 ± practicado 4.0 h por semana. Requirieron a los participantes haber participado en por lo menos 1 retiro de, al menos, una semana de duración, que exige aproximadamente 10 horas de meditación por día. Reclutaron a quince participantes sin experiencia en meditación o yoga. La relación de los participantes con experiencia en meditación y los que no la tenían eran equivalentes en cuanto a sexo (varón, grupo de control y meditadores el 65% y el 67%), la edad (meditadores 38.2 años, controles 36.8 años), la raza (agrupa a caucásico del 100%) y años de la educación (meditadores 17.3 años, controles 17.4 años). Todos los participantes eran físicamente y psicológicamente sanos. Dos participantes de la meditación eran zurdos; la exclusión de los participantes zurdos no alteró perceptiblemente resultados. Todos los participantes proporcionaron consentimiento escrito, estuvieron informados y el estudio fue aprobado por el comité examinador institucional en el Hospital General de Massachusetts.
Los métodos de computación utilizados para medir el grueso de la corteza cerebral fueron validados El grueso cortical era estimado a partir de dos imágenes estructurales rápidas preparadas mediante la magnetización del eco del gradiente (MPRAGE) tomadas de cada participante que después fueron corregidas y se tomó un promedio para formar una sola imagen de alta resolución. Se determinó una estimación inicial del límite gris/blanco de la materia clasificando todos los voxels blancos de la materia en un volumen de la proyección de imagen de resonancia magnética basada en una combinación de la información geométrica e intensidad. Se utilizó un procedimiento para obtener la resolución subvoxel en el límite gris/blanco y en la superficie. Los modelos superficiales corticales que resultaban para todos los participantes fueron alineados con un atlas de patrones que doblaban corticales usando una técnica no lineal.
Conclusión
Nuestros resultados iniciales sugieren que la meditación se pueda asociar a los cambios estructurales en las áreas del cerebro que son importantes para el proceso sensorial, cognoscitivo y emocional. Los datos más futuros sugieren que la meditación pueda afectar declinaciones relativas a la edad en estructura cortical.
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